CITOMETRÍA DE FLUJO
Es una herramienta rápida, confiable y económica para establecer el origen monotípico o politípico de una población celular, lo que permite su uso para valorar el compromiso medular por linfomas y otras enfermedades hematopoyéticas.
La inmunofenotipificación por citometría de flujo es un componente esencial en el diagnóstico de las leucemias agudas; permite la valoración rápida e integral de los antígenos de membrana e intracelulares relevantes expresados por las células leucémicas según su estado de maduración y progenie, lo que facilita la identificación y caracterización de los blastos, la asignación del linaje celular, la valoración de posibles blancos terapéuticos y la predicción de algunas alteraciones genéticas.
La sangre periférica y medular son las muestras más analizadas por citometría de flujo; sin embargo, cualquier tejido en el que puedan aislarse células individuales en suspensión puede ser analizado de esta manera.
APLICACIONES
La CITOMETRÍA DE FLUJO es una prueba de laboratorio, de procesamiento rápido, alta sensibilidad y especificidad analítica , que permite la caracterización de las poblaciones celulares de una muestra; con aplicaciones en el diagnóstico preciso y oportuno, la clasificación, el pronóstico y el seguimiento del tratamiento de numerosas neoplasias hematológicas.
Esta tecnología mide y analiza de forma simultánea múltiples características de las células mientras están suspendidas en un fluido del sistema y pasan a través de un rayo de luz, tales como el tamaño relativo, la complejidad relativa o granularidad y la intensidad de fluorescencia relativa. Estas características se determinan usando un sistema óptico-electrónico que registra la manera en que la partícula (o célula) dispersa la luz o emite fluorescencia. Este método de estudio ha sido empleado por más de 40 años en el diagnóstico y monitoreo de las neoplasias hematopoyéticas a través del uso de anticuerpos monoclonales marcados con fluorocromos, que están dirigidos cada uno contra una molécula específica de la superficie, el citoplasma o el núcleo de los leucocitos y precursores hematopoyéticos. Los estudios iniciales se realizaban con anticuerpos individuales o con una combinación de 2 anticuerpos, lo que limitaba la sensibilidad para detectar poblaciones celulares minoritarias. con la disponibilidad de nuevos fluorocromos y tinciones, el análisis actual se hace de rutina con 8 a 12 anticuerpos diferentes en un solo tubo de muestra.
USO EN ENFERMEDADES MALIGNAS
El principal problema que requiere el apoyo de la citometría de flujo es por sus frecuencia, el diagnóstico de niños con leucemias agudas. Son la causa más frecuente de cáncer en la edad pediátrica, destacando las leucemias linfoblásticas agudas. En el momento del diagnóstico se realiza un aspirado de médula ósea, que se encuentra casi totalmente infiltrada por las células leucémicas. Esta muestra es procesada para el estudio, que consiste en la preparación de varios tubos que combinan un número amplio de anticuerpos que reconocen otros tantos marcadores específicos de los estadios madurativos de los linfocitos B o T, o de las células mieloides.
De esta manera, se identifica el linaje de la leucemia y su estadio madurativo. Ambas informaciones tienen valor en el pronóstico y en el tratamiento de la enfermedad.
USO EN EL TRANSPLANTE HEMATOPOYÉTICO
Desde hace más de una década, una de las fuentes de progenitores hematopoyéticos más empleadas es la sangre periférica movilizada. Siempre que se utiliza esta fuente, hay que conocer la cantidad total de células progenitoras presentes. El número absoluto de progenitores por kilo de peso del receptor debe alcanzar un nivel que garantice el injerto. Dicha cuantificación se realiza mediante citometría de flujo de manera rutinaria, evaluando el porcentaje de células que expresan el marcador CD34 en el productor de aféresis.